Ser padre. ¿Cómo ser padre de dos niñas?

Ser padre. Algo que los hombres en general no planean.

Parte de ser mujer es el deseo de formar una familia, tener hijos y encontrar al hombre adecuado para compartir la vida. Sin embargo hay que apuntar que dentro de la mentalidad del hombre este deseo de formar familia y tener hijos se da con menos frecuencia e intensidad.

Y es que no es que los hombres no quieran tener hijos, solo no se les ocurre muy a menudo, no es un tema que ocupe sus pensamientos principales, y una vez que la noticia llega las reacciones pueden ser muy variadas, desde aquel que se suelta a llorar de la emoción hasta aquel que se va por cigarros y no regresa jamás.

La paternidad es una etapa de la vida de los hombres para la que casi nadie está preparado, y de la que casi nadie habla, ya sabes por qué son cosas de hombres y los hombres no hablan de sus cosas con otros hombres, ni siquiera con sus hijos, y si tu padre no te enseña a ser padre ¿entonces quién?

Algo es seguro, si ya te enteraste que serás papá, huir de la situación no es una opción válida, negarle a tus hijos la posibilidad de conocer a su padre por un ataque de pánico, ansiedad o valemadrismo es una de las actitudes más cobardes y detestables que se pueden esperar de un futuro padre, así que si pudiste encargar al niño con satisfacción, lo menos que puedes hacer es responsabilizarte de las consecuencias.

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Una vez que tomas la decisión correcta y asumes la responsabilidad de que serás padre viene lo bueno. Si piensas que ser padre comienza cuando tienes que cuidar de tu hijo en brazos estás equivocado.

El gran viaje comienza una vez que tu pareja te da la noticia, prueba de embarazo en mano. Y es que a partir de este momento debes de cuidar de tu pareja como si de tu hijo se tratase, porque es tu hijo el que habita dentro de ella.

Visitas al doctor, estudios de ultrasonido, resolver antojos, lidiar con las molestias del embarazo y hasta sufrir de náuseas matutinas parecieran cosa de mujeres hasta que te toca a ti ser padre, y entonces entiendes que no es así.

Acompañar a tu pareja en este proceso es vital para formar los primeros lazos de apego con el futuro bebé, pues cada visita al doctor se trata sobre su estado de salud, los ultrasonidos te permiten escuchar su corazón, apreciar su desarrollo y saber si es niño o niña.

No te vayas a perder el parto, aunque no entres a quirófano el día que nazca el bebé no vayas al trabajo, no salgas de viaje, trata de estar ahí, de recibir a tu hijo a este mundo, por ti y por tu futura familia lo mejor es que no te pierdas este momento tan importante.

Y a partir de este momento comienza lo divertido de la fiesta. Mamá está tan cansada y en recuperación post parto que, adivina ¿Quién se tiene que hacer cargo del bebé a media noche, de varias tareas domésticas y además con todo lo que antes ya hacía? Exacto! Tú!

Prepárate, aprenderás a bañar, cambiar, vestir y entretener a tu bebé, a administrar tu tiempo a solas con tu pareja y a continuar con todas las actividades que ya hacías antes de ser papá.

En este sentido la palabra claves es paciencia. Tienes que aprender a controlar la frustración, el cansancio y el estrés. Ser padre es más que sacar para el gasto, si no le dedicas tiempo a tus hijos y a tu pareja lo perderás todo en cualquier momento.

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Ser padre de una niña.

Quizá la mayoría de los hombres cuando saben que serán padres sienten en su interior el deseo de tener un hijo varón que siga sus pasos, su ejemplo, al que pueda malcriar y enseñarle todas las cosas de hombres que han aprendido en su vida, pocos se plantean la idea de tener una hija.

Y es que así como la idea de ser padre no nos cruza a menudo por la cabeza, pensar en cuidar una niña, y más cuando no se tiene la experiencia de niñas cerca, es decir cuando el nuevo padre no tuvo hermanas o primas cercanas al momento de crecer, la idea de ser papá de una hija no es algo que se piense a menudo.

¿Una niña? ¿Cómo se cuida algo así? ¿Cómo enseñarle a ir al baño? ¿Cómo hablarle conforme vaya creciendo? ¿Cómo le vamos a hablar de novios, de los cambios en la adolescencia, de sexo? Mil preocupaciones y preguntas cruzarán por la cabeza de aquel que será padre de una niña.

Y la sociedad, machista y fregona en la que vivimos, comienzan a amenazar al padre con cosas como: “Ahora busca al niño” “Échale más ganas para la otra” “Ahora sí vas a pagar todo lo que has hecho” y una larga lista de etc. Frases que no te ayudarán en nada más que en desconcentrarte.

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A pesar de lo mucho que pueda asustar la idea, la verdad es que ser padre de una niña es algo maravilloso. Las niñas suelen ser más apegadas a sus padres y por lo tanto son más cariñosas. Les encanta pasar tiempo con papá, porque papá es más permisivo, más rudo y más fuerte que mamá, lo que lo hace un gran compañero de juegos y un muy buen amigo para su hija.

Recuerda que para tu hija eres el mejor hombre del mundo. Tu mayor tarea es que a pesar de los problemas que puedas enfrentar con tu pareja, con el trabajo o con el mundo en general, procures no echar a perder tu relación con tu hija, ella te necesita más que a nadie en el mundo.

Cuando una niña tiene una relación sólida con su padre crecerá siendo una mujer confiada y segura de sí misma. Tendrá menos relaciones amorosas conflictivas y tendrá un mayor éxito personal.

Esto se debe a que sí una niña crece sin figura paterna se sentirá abandonada, lo que la volverá insegura, y por lo tanto desconfiada de las demás personas. Hay una mayor tendencia a buscar una pareja mucho mayor de edad, lo cual suele acarrear conflictos de pareja. Una nula o mala comunicación con su padre llevará a una chica a cometer más errores a lo largo de su vida pues tendrá una visión más sesgada de las cosas.

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Ser padre de dos niñas.

Y si tener una niña parece un reto, algunos de nosotros hemos Sido bendecidos con dos niñas. Y aquí es donde todo se vuelve una locura.

Ahora hay tres mujeres en casa, mamá y las dos princesas. Todo se vuelve de color rosa. Muñecas y peluches por todos lados. Barniz, maquillaje, moñitos, ligas, vestidos, falditas, zapatitos, botitas, chanclitas, anillos, pulseras, etc. Para un hombre que se crió solo o con otro hermano el mundo femenino es tan desconocido hasta este momento cuando todo lo invade.

Si alguna vez te pasó, que trataste de enojarte con tu pareja por cualquier cosa y no pudiste por su mirada tierna y su carita linda, en este momento estarás desarmado. Las niñas usan esos trucos desde que nacen y será complicado decirles que no con esos ojitos preciosos.

Tienes que aprender a ser fuerte y determinado en algunas cosas y aprender a poner tus límites, o terminarás vestido de princesa y maquillado como clown.

Toma en cuenta también que tener una niña implica dividir tu tiempo libre entre tu pareja, tu hija y tú. Pero cuando son dos niñas tienes que dividirte aún más, y como esto se complica tendrás a tres mujeres peleando por tu atención, dispuestas a pelear por estar contigo. Tú en medio de esa maraña de celos tendrás que aprender a atenderlas una a una sin desatender a las otras dos, de lo contrario los berrinches no se harán esperar.

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Alguna vez escuché a alguien decir que las niñas son más tiernas y tranquilas que los niños. Tiernas sí. Tranquilas… No tanto. Las niñas sanas y felices pueden llegar a ser un verdadero remolino y si son hermanas a cierta edad se volverán cómplices, se cuidarán mutuamente, se mal aconsejaran mutuamente y se convertirán en un verdadero relajo.

¡Mírala papá! Es la frase más común cuando hay dos niñas en casa. El ser mujercitas no les quita lo peleoneras, de hecho se pelean muy seguido y esto es bastante normal, tienes que aprender a saber cómo manejar los pleitos, pues la mayoría no necesitan de tu intervención se resolverán solos, pero en otros si no intervienen puede terminar alguna de las dos con un hueso roto.

Lo maravilloso de tener dos niñas es que las niñas adoran a su padre, a veces más que a su mamá, por lo que sí sabes cuidar esa relación tendrás amor infinito de sobra. Ellas te cuidarán, te protejerán y te darán cientos de problemas que tendrás que ayudarles a resolver a lo largo de su vida.

Ser padre de dos hijas es todo un reto, como todo en la vida, pero en este caso en particular, ser más atento, más sensible y más paciente te ayudarán para cimentar una relación sólida, no olvides jugar, reír y demostrarles tu amor de todas las formas posibles.

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Lo único malo que puede pasar en una relación padre-hijas es que el padre anteponga sus propios intereses sobre sus hijas, que las desatienda, que solo les de cosas y no les dedique tiempo porque sus negocios o su trabajo o sus amigos se lo reclaman. En ese caso no esperes tener dos princesas sino dos verdugos en casa. Los hijos son los primeros en juzgar a sus padres, no lo eches a perder, siempre será mejor tener una hija que te ame a una que te haga ver todos tus errores del pasado y que te quiera fuera de su vida.

Ser padre es algo que puede llegar a ser muy atemorizante para algunos, ser padre de dos hijas se puede pensar que es un castigo de Dios, pero la verdad es que no es así, ser padre de dos hijas es un proceso extraordinario y enriquecedor que te ayudará a ver la vida de otro modo, y que llenará tu vida de emociones y aventuras. Así que si te enteraste que tendrás una niña o si la segunda ya está o viene en camino, no te espantes, sonríe con fuerza, que lo mejor de tu vida apenas comienza.

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