Manitú, el gran espíritu de los indios de Norte América.

Manitú.

Las tribus originarias de América del Norte estaban compuestas por una cultura muy variada. Su territorio estaba formado por una cantidad enorme de indios, que pertenecían a distintas tribus, entre las que estaban Cherokees, Sioux, Cheyennes, Ojibway  y Apaches son las tribus más conocidas, pero existieron decenas de ellas.

Muchas de estas tribus contaban con idiomas y costumbres distintas entre ellas y en muchos casos eran enemigos que disputaban riquezas o tierras en guerras tribales.  Pero compartían el respeto y el  valor hacia la naturaleza.

Dentro de sus principales actividades estaba la agricultura, se dedicaban al cultivo del maíz, la calabaza, los frijoles entre otros, así mismo practicaban la caza y también hacían su propia ropa, generalmente de piel de los mismos animales que cazaban.

Debido a que tenían una profunda relación con el entorno natural en el que veían su supervivencia y a sus dioses, normalmente sus asentamientos estaban dispuestos a orillas de los ríos para así facilitar sus actividades, pues tenían incluso una vasta red comercial a través del transporte de mercancías en canoa.

Por lo que se dice que muy factiblemente las primeras tribus se asentaron en Canadá a orillas del Rio San Lorenzo, conforme fueron creciendo las tribus se extendieron hacia lo que hoy en día es Estados Unidos llegando a nueva Inglaterra la región de los Grandes Lagos, una parte de las Grandes Llanuras y la costa del Atlántico.

Y aunque su territorio era basto y las tribus eran bastantes, tenían algo en común, algo que los unía más allá de  las actividades económicas, eran las creencias y los cultos al Gran Espíritu, el tan aclamado Gitchie Manitú.

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¿Quién es Manitú?

Como en cada cultura antigua u originaria, existen seres poderosos, seres celestiales que ayudaban a los humanos a entender todos aquellos fenómenos que parecían sobrenaturales, en muchas culturas se le llamaban Dioses.

Pero en el caso de las tribus de América del Norte, los famosos Indios del Oeste, aunque también tenían sus Dioses y los representaba cada tribu a su manera,  tenían un ser único en común al que atribuían sus logros y su protección, este era el gran Manitú.

Manitú es el  término que surge entre los indios de los Estados Unidos  para explicar y expresar aquello misterioso y darle sentido al mundo de los espíritus, siendo esta una representación de lo sobrenatural y lo inexplicable.

Pero también Manitú era considerado el Espíritu creador de todo y dador de vida; Manitú es el principio de todo lo universal y omnisciente que daba una conexión con la Tierra.

Manitú era solo espíritu que se conjugaba con el todo,  se le conocía de distintas maneras, por ejemplo: Gitchi Manitou, Gitchie Manitou, Gitchee Manitou, Kitche Manitou; Gichi-manidoo. Estos nombres todos válidos,  tienen el siguiente significado: Manitu significa espíritu y Gitchee significa gran, lo que se traduce como el Gran Espíritu.

Cuenta una leyenda que en la zona de la provincia de Manitoba en Canadá era donde habitaba el Gran Espíritu y que por tal motivo fue aquí donde surgieron los primeros humanos,  como su imagen tomó gran importancia se convirtió en algo muy relevante, es por ello que esta deidad toma gran protagonismo en todos los pueblos de Norte América.

Siendo así la principal imagen a la que se le brindaba culto, como por ejemplo ofrendas de sangre, botines de guerra, incluso sacrificios de jóvenes, de forma común se le invocaba en tiempos de guerra,  y  los indios se causaban heridas para que manase sangre con que alimentar al Gran Manitú y así los protegiera.

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El gran espíritu se refiere al concepto de interconexión y equilibrio de la naturaleza/vida, con todo lo que nos rodea.

En una forma más simple, todo lo que había alrededor de las tribus tenía su propio Manitú que surgía del Gitche Manitou (gran espíritu), desde las plantas, los animales, pero también las piedras, la tierra, incluso las maquinas tenían su propio Manitú, esto debido a que Manitú era un todo, el habitaba en todo lo que existía, en las montañas, en las grutas o las cascadas,en los bosques y en cada una de las personas.

Y entraba en contacto con los humanos  a través de los Manitus de la naturaleza o de lo material, para lograr tener mayo conexión con los o el Manitú era necesario llevar algunas prácticas de purificación entre las que estaba el ayuno, así como la negación de placeres mundanos o materiales.

Y aunque existía un ser supremo que era parte de todo por  medio de los Manitus, en realidad no había una jerarquía parecida a la de los dioses de otras culturas, era más un equilibrio uno del otro, trabajan en conjunto para brindar a las tribus lo que requerían para vivir en paz.´

De esta forma es que Gitche Manitou se consideró siempre un ser supremo, y era el único creador del cielo y la tierra, el único ser con facultades de castigar o premiar a las tribus originarias de Norteamérica.

https://es.wikipedia.org/wiki/Manitu

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Conservación del culto a Manitú

Y aunque el avance y la conquista de los Europeos llego para acabar con muchos de los cultos al  Gran Espíritu, así como con  muchas tribus originarias, la realidad es que aun en la actualidad estas tribus luchan por conservar parte del legado de sus antepasados, con su más de seis millones de habitantes que conforman parte de esas tribus que en más de una ocasión hemos escuchado en películas del viejo oeste.

Hoy muchas de estas tribus que luchan por conservar su  historia habitan en parques nacionales o áreas protegidas espectaculares, pero como es su costumbre en contacto con la naturaleza.

Dentro de las tribus que podemos encontrar son Navajo, descendientes de la tribu Blackfeet, así como las tribus Miccosukee y Seminole entre otras, que en el fondo de grandes paisajes tratan de conservar el culto, el respeto y la representación para el Gran Espíritu.

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