Lo Oculto y lo misterioso, la magia detrás de lo desconocido
Cuando cae la noche el mundo se refugia en la modernidad luminosa y en la electrónica on-line, las luces de la Ciudad y de las casa disimulan la oscuridad de la noche. El ruido de los antros y los autos, las llamadas a medianoche y las series interminables, que nunca son suficientes, nos envuelven en su fantasía. Pero por encima de todo este fulgor, vigila, silencioso, el miedo a lo desconocido.
La modernidad vino a tranquilizar los nervios de los niños que temen a la oscuridad. Pero ese miedo tan antiguo como la humanidad, es el principio de la creencia en el más allá, es el punto de partida para tratar de encontrarle sentido a la existencia, esta existencia tan terriblemente humana que sabemos que dura sólo un pestañeo.
Lo Oculto y lo misterioso en el México Antiguo.
El misterio de la oscuridad y las sombras ha asombrado a la humanidad desde el principio de los tiempos. En todas las Civilizaciones y Culturas alrededor del mundo encontramos deidades que representan las fuerzas de la oscuridad, de lo oculto, de lo misterioso y de lo aterrador.
Los antiguos anahuacas veían en Tezcatlipoca (El espejo humeante) la manifestación de lo oculto, lo invisible, el gran jaguar cósmico, misterioso y sigiloso, difícil de descifrar pues se oculta con sus manchas de la mirada de los curiosos, era el Señor de la Oscuridad.
Una de las manifestaciones de Tezcatlipoca era Xolotl (El monstruo), el animal de la oscuridad que era el Señor de la estrella vespertina, el que ayudaba a los muertos a cruzar al Mictlán, (La tierra de los muertos), el Señor del rayo y de los espíritus, pero también era el señor de las transformaciones y por lo tanto era el Señor de los nahuales, el primero en ser consultado por los sacerdotes ocultistas y hechiceros del México antiguo.
Cuando los Españoles llegaron al Anáhuac, con sus creencias sobre el diablo y la hechicería de las brujas y la lectura de cartas y de la mano de las gitanas, en estas tierras milenarias existían los médicos del alma, pero también existían los nahuales, personas con la capacidad de transformarse en animales para cometer crímenes horribles como devorar a los niños recién nacidos.
Los nahuales, los curanderos y las brujas están tan arraigados en la cultura popular mexicana desde antes de la conquista europea y en la actualidad este tipo de prácticas ocultistas se mantiene viva, en resistencia, como todo lo que representa al Anáhuac que lleva 500 años resistiendo al eurocentrismo.
Lo Oculto y lo misterioso en el México actual.
Es sabido, a sabiendas, de oído, por todos los mexicanos que en Catemaco, Veracruz, se pueden solicitar trabajos de hechicería y brujería para amarrar al ser amado o para matar discretamente a algún estorbito.
En la Ciudad de México el Mercado de Sonora ofrece servicios de Santería y palo Mayombe, tipos de magia heredados por los esclavos africanos traídos por los Españoles. En Tepito el altar a la Santa Muerte hace evidente uno de los cultos más antiguos en estas tierras, internacionalmente conocidas por su fiesta del día de los Muertos, y es que a la Santa se le prenden veladoras y se le hacen ofrendas con la intención de recibir de ella favores que ayuden a sus devotos en la vida.
Y si los lectores aún creen que estas creencias ya son parte de la historia, habrá que leer los periódicos de Agosto en el Universal, donde un grupo de pobladores en Veracruz salieron de sus casas, a pesar del llamado a quedarse en casa por la contingencia del Coronavirus, con palos, piedras y armas para cazar a un nahual.
Aquí el link: https://www.eluniversal.com.mx/estados/video-pobladores-salen-cazar-nahual-en-soledad-de-doblado-veracruz.

A un lado de la Catedral de la Ciudad de México los curanderos dan limpias y ofrecen servicios de adivinación. Nuestras abuelas podrían contar infinitas historias de las brujas que se convierten en bolas de fuego y que vuelan en los cerros, o de las brujas que se transforman en guajolotes para chuparse a los bebitos.
Espinas de rosal atadas en forma de cruz en las ventanas, tijeras abiertas debajo de la almohada, el ojo de venado, el ojo turco, un rosario, una estampita de un santo, cada quien con su sortilegio, su creencia y su ocultismo, los mexicanos son tan esotéricos como el diablo y desde el chupa cabras hasta el charro negro se han presentado a quienes los buscan.

Lo Oculto y lo misterioso no deja de asustarnos
¿Pero qué es eso a lo que temen las gentes? Lo desconocido, el más allá, el vacío, la nada, la inexistencia. El miedo a la muerte se transforma y da vida al miedo a lo sobre natural, pero eso a lo que temen algunos, es la fascinación para otros.
La historia está llena de brujos conocidos y otros por conocer. Desde el Ex presidente Francisco I. Madero considerado a sí mismo como un médium quien en su tiempo dijo haber hablado con Juárez, hasta la Actriz María Félix y su estrecha relación con la brujería, nos hablan de una creencia que va más allá de los cuentos de hadas.
El deseo de adueñarse del poder oculto para poder ponerlo al servicio de nuestros deseos perversos da pie al nacimiento de la magia negra, pero sobre este tema hay mucho que decir y hay mucho que callar.
México es una tierra misteriosa, llena de espíritus salvajes e indomables. Las brujas de este país se quitaban la piel para aterrorizar a los pueblos. A diferencia de las brujas de Salem, no viajan en escobas, se visten de gala y salen a los bailes, coquetean con los hombres y viven por siempre.
En todos los pueblos hay historias, historias y más historias de los seres terribles que se ocultan en la oscuridad de la noche. Tezcatlipoca, el antiguo Señor de lo oculto está más vivo de lo que se piensa y los rituales, aunque ya no en su nombre, siguen sembrando el miedo de las personas.
Cuando cae la noche, ya no se ven las estrellas, las luces de la Ciudad las ocultan a nuestros ojos, pero eso no quiere decir que no existan. Los nahuales, las brujas, los hechiceros, los ocultistas, ya no se ven a simple vista, las luces de la modernidad los ocultan de nuestros ojos, pero eso no quiere decir que no existan.
En este momento, justo en este momento, alguien está conjurando en silencio, en su habitación, con una veladora encendida, pronunciando las palabras malditas y su efecto podría afectarte a ti o a algún conocido sin saberlo.
¿Cuántas veces has escuchado el caso de personas que murieron de repente, que enfermaron de repente y la medicina moderna por más estudios que realizó jamás encontró la causa de la muerte? No me creas del todo, pero si estas creencias son tan antiguas como la humanidad, pensar que son mentiras y charlatanerías que la ciencia no puede explicar, y por esto descartarlas como falsas, tal vez no sea muy inteligente de nuestra parte.
Lo Oculto y lo misterioso como charlatanería.
Deseosos de ganar mercado, muchos charlatanes se presentan en el camino de los crédulos para obtener dinero a cambio de supersticiones. Amuletos, lociones, yerbas y veladoras se venden en casi todos los tianguis de México. Por cada persona que “sabe trabajar” encontraremos al menos una veintena que cobra por hacer servicios de los que no entiende ni una palabra, pero que vestidos de Madame Sasú pretenden hacer un poco de dinero en este país de pobres, fanáticos y creyentes.
Los horóscopos en la tv, el radio y la prensa hacen que el miedo a lo oculto se vuelva patraña, el cine nos ha hecho creer que la magia es cosa de las películas de Disney. Pero muy en el fondo todas las personas aún tienen sus dudas al respecto. Lo Oculto y lo misterioso son como una serpiente y muda de piel, de un libro a otro, lo que parecen tonterías podrían ser la clave para descifrar el universo o el método para torcer el camino de otro ser humano.
Quizá las ciencias ocultas no sean ciencias, quizá no todas las brujas vuelen en escoba, quizá no todos los nahuales sean cazados, pero tú lo sabes en el fondo, que hay un ápice de verdad detrás de todo esto y eso nos obliga a no querer mirar a través de las cortinas cuando nos despertamos coincidentemente a las 3 de la mañana, o a taparnos debajo de las cobijas cuando creemos que algo o alguien nos mira.
¿Qué dices, estás tan seguro de que todo esto es falso que te atreverías a jugar con una tabla Wicca en un cuarto oscuro a media noche sólo con una veladora encendida sin sentir temor? Lo oculto sigue oculto, pero su misterio jamás dejará de intrigarnos.











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